De acuerdo con Samanta Unger* y Helga Beraja Pizzoglio** (2010), la reserva ovárica consiste en la cantidad de folículos y la calidad ovocitaria de la mujer en un determinado momento de su vida va disminuyendo y se ve afectada por los cambios socioculturales que conducen a postergar la maternidad.
Durante la vida fetal de la mujer se forman los folículos que tendrá durante toda su vida reproductiva. Al nacer, se encuentran presentes un millón de folículos; pero esa cantidad va decreciendo con el paso del tiempo. Cuando la mujer llega a la pubertad cuenta con 300,000 folículos, de los cuales sólo 500 serán ovulados y tendrán la posibilidad de ser fertilizados. A partir de que la mujer cumple 37 años, la cantidad de folículos primordiales que se crea a lo largo de la vida se agota, con la consecuente disminución de la fertilidad y, por lo general, esta se acentúa en los años previos a la menopausia. En el mundo occidental la edad promedio de la menopausia es de 51 años, pero esta cambia de una persona a otra y, por esto, la edad cronológica muchas veces no corresponde con la edad reproductiva y, por consiguiente, con la reserva ovárica.
Existen varias pruebas para evaluar la reserva ovárica en las mujeres. Una es el CFA (Conteo de Folículos Antrales), que se lleva a cabo por medio de una ecografía vaginal que permite contar el número de folículos en crecimiento, brindando información del tamaño de folículos primordiales disponibles. Por otro lado, está la prueba en sangre de AMH (Prueba de la Hormona Antimulleriana), marcador clave y sensible que indica si la reserva ovárica está baja, normal o alta. Estos estudios, por supuesto, se llevan a cabo en laboratorios o clínicas especializadas.
Establecer el potencial reproductivo de la mujer cuando acude a consulta por sospecha de infertilidad es un factor importantísimo para poder brindarle un pronóstico adecuado, el cual se puede llevar a cabo mediante la AMH como marcador de reserva ovárica que predice este potencial. Según Acosta et al., (2020), en la actualidad se han desarrollado técnicas para mejorar el desarrollo folicular en este tipo de pacientes como la activación folicular in vitro e infusión de células madre derivadas de la médula ósea.
Recuerda registrarte en nuestra zona de usuarios para acceder a más información como esta y a los beneficios que PlanM ha conseguido para ti en clínicas de fertilidad del país.
Referencias:
*Médica ginecóloga argentina.
** Ginecobstetra argentina.
Unger, S & Beraja, H (2010). Hormona antimülleriana y reserva ovárica. Revista Argentina de Endocrinología y Metabolismo, 46 (SUPPL.). Disponible en: http://www.samer.org.ar/revista/numeros/2010/vol25_n3/4_hunger.pdf
Acosta et al., (2020). Estrategias de mejora de la fertilidad: preservación, rejuvenecimiento y células madre. Medicina Reproductiva y Embriología Clínica. Vol. 7, 33-49. Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S2340932020300050